Mes: marzo 2015
Pascua
Ayer fue Domingo de Ramos y es que aquí, como en España, ya comienza la Semana Santa. Pero casi ni lo notamos porque…no tenemos vacaciones (sólo es festivo el lunes de Pascua), no vemos procesiones (tengo que preguntar si hay algo equiparable en Roma a nuestras procesiones y nuestros pasos, aparte de las misas especiales en el Vaticano) y, sobre todo, no comemos torrijas (aquí hay un dulce de pascua que se llama Colomba, no lo he probado, pero por la pinta creo que es primo hermano del panettone). Por lo menos hace sol y calorcito…
Albano
Domingo muy soleado de primavera romana y, como buenos romanos que somos, nos hemos dispuesto a salir de Roma. No hemos sido los más originales, todo hay que decirlo. Los Castelli Romani – los pueblos, montañas y lagos más cercanos a Roma – están a solo 30 kilómetros de la ciudad, pero generalmente no se tarda menos de tres cuartos de hora; hoy, por domingueros, nos hemos chupado hora y cuarto en coche. Eso sí, luego lo hemos disfrutado: la comida con vistas al lago de Albano, la siesta en su orilla con fondo de risas procedentes de los juegos sobre el césped y, por supuesto y para rematar, el helado por el paseo que lo rodea. Un bel giorno!!
Y la hora del planeta?
Sí, lo sé, la Hora del Planeta es sólo un gesto, un pequeñísimo gesto, un alivio a media luz que, de forma festiva, pretende incidir en el maltrato continuado al que se ve sometido el planeta. «Yo no puedo hacer nada» – decimos todos. Y efectivamente, al final cada uno de nosotros no somos más que una mota de polvo en el desierto, pero la suma de nuestros pequeños actos cotidianos puede al menos intentar hacer algo. Es muy triste pensar que estamos aquí y que no podemos mejorar absolutamente nada. Que las cosas simplemente son así. Digamos mejor que no queremos ni siquiera intentarlo.
En todo caso, ya os digo que si es por los romanos, ya puede arder y estallar en confeti esta noche el planeta, que a ellos plín. Hace dos años estuve en la hora del planeta en Madrid y lo pasamos realmente bien: música, camisetas, pintacaras, velas y Madrid (al menos la plaza de Oriente) a oscuras. Hoy, después de pasar en el parque de la Caffarella una jornada muy agradable, de picnic y paseo, con unos amigos italianos, corrimos hasta el Coliseo (lugar que se anunciaba como epicentro romano de la hora del planeta). Y allí hemos estado esperando que algo pasase durante más de media hora. Apenas una veintena de personas y, si las luces del Coliseo se han apagado, ya os digo que nosotros no lo hemos notado. Todo seguía iluminado y lo mismo ha ocurrido con el resto de los monumentos que hemos encontrado de camino a casa. Si había una convocatoria multitudinaria y paralela, si alguien vio Roma a oscuras sin cerrar los ojos, que me avise para el próximo año. Al menos nosotros no encendimos las luces de casa, de hecho siguen apagadas, aunque allí esperando…¡pasamos un frío!
Arte Urbano
Hubo un tiempo, hace muchos, muchos años, en que también yo creí que encontraría una forma alternativa de vivir la vida, una forma fuera del estándar. Sin embargo, uno nunca sabe cuando va a encontrarse en un estado de felicidad lo suficientemente significativo como para desear plantarse, incluso aunque termine siendo todo aquello que nunca pensó ser – pero, eso sí, en Roma.